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Sobre todo desean tener un hijo y a ello se dedican con ilusión. Ahora Bermudo no puede esperar a la hora de comer para hablar otra vez con su esposa, cuyo criterio aprecia mucho y quien ama tiernamente. le llegaba la noticia de que el de Navarra, el rey hoy difunto, había entrado en León y osaba intitularse rey de León y Emperador. Allí en Galicia, en esa especie de destierro don Sancho Garcés bichos por doquier. Los tapices polvorientos y por los ratones, las ricas mantas de piel de ardillenas de polillas; los tapetes y cobertores de y deslucidos.

Ello presupone no poco esfuerzo por parte del Señor de Vasallos, pues su misma prosperidad económica le fuerza a mostrar su poder y prestigio en la expeditione regid. Más adelante, en el siglo XII, cuando se extienda la costumbre de llevar pendones por parte de los nobles y no sólo por parte del rey, estos señores de vasallos se conocerán con el nombre genérico de «Señores de Pendón y Caldera». Allá en donde vivaqueen, visto desde la distancia, campo una caldera, se plantará un alto pendón este pendón normalmente avisando que allí es donde que pueda ser llevará en su el señor de vasallos da de comer a los suyos.

Recorre Bermudo nI de León, los fríos corredores de su palacio. Varias construcciones se yuxtaponen formando patios interiores. Por fuera una muralla defiende la construcción, de trecho en tre- Al viejo reino de León le había salido un competidor feroz con Sancho Garcés nI, «El Mayor» de tal modo que todas las decisiones que había tomado el padre de Bermudo III, el ya difunto Alfonso V de León, de gloriosa memoria, habían estado mediatizadas por cho se levantan una torres defensivas. El ala que corresponde al PALATIO REGIS, en donde moran los reyes está en la parte más interior y por ello la más guarnecida y mejor defendida.